Rodapiés: los grandes olvidados

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Rodapiés: los grandes olvidados

La mayoría no sabríamos decir cómo es el rodapié de la pared que tenemos enfrente, aunque llevemos años viéndola. Y es que este elemento decorativo carece de protagonismo en la mayoría de las estancias a pesar de su utilidad. Gracias a los rodapié, evitamos daños en las paredes cada vez que se limpia el suelo. A su vez, evita la aparición de moho en las paredes, ya que permite que haya ventilación.

Existen varios tipos de rodapié, dependiendo del suelo:

  • Rodapié de gres o cerámicos: destinados a espacios con suelos de baldosa, cerámicos o mármol. Los encontraremos principalmente en baños y cocinas.
  • Rodapié de madera: están pensados para acompañar suelos de parquet o tarima. Actualmente, también suelen combinarse con los marcos y puertas. En esta vertiente, el rodapié ha de mantener unidad estética. Por ejemplo, si el suelo es de madera, pero la puerta es blanca, el rodapié será blanco para mantener la estética.

Una forma de dar más protagonismo a este elemento es jugar con los tamaños y diseños. También podremos decorarlos para dotarles de algún detalle vistoso, como vinilos o pegatinas. Es importante que estos últimos sean resistentes al agua, ya que de lo contrario se estropearían con facilidad.

Pero, al margen de estilos, es importante que sea resistente. Como comentábamos al principio, es un elemento que protege las paredes de roces con escobas, aspiradoras y fregonas diariamente. Si buscas ese cambio estético significativo, sin renunciar a la calidad, visita nuestra sección de rodapiés, juntas y accesorios.

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